Estilo Romántico: Una vuelta a los ambientes cálidos y acogedores que invitan a la tranquilidad y al descanso. Implica una mirada hacia el pasado nada anticuada si recurrimos a las últimas corrientes en revestimientos, textiles y complementos. Incluyen la pintura, siempre en blanco, beige o pastel; papeles pintados o entelados, también en colores claros, con motivos florales o imitando tejidos vegetales; y maderas claras para realizar zócalos anchos.Las ventanas se visten con cortinas y visillos vaporosos elaborados con organza, por ejemplo, o estores de lino con pequeñas iniciales o motivos bordados. Materiales como el terciopelo o el jacquard, lisos o con motivos florales.
Las mantas, que ayudan a crear un ambiente entrañable, serán de algodón, lana o seda, tejidos que aúnan la elegancia con la suavidad. Las alfombras de lana y las mesas cubiertas con manteles de lino o algodón darán el toque definitivo a cualquier salón o comedor, y harán sentirse a los invitados como en casa.Los apropiados son los tonos claros o neutros que aportan elegancia y distinción, además de aumentar la luminosidad y agrandar visualmente el espacio.
Una decoración romántica está incompleta sin porcelana, motivos florales, zócalos anchos en madera y paredes en blanco o crema. Es una ambientación que apunta hacia lo sensible y sofisticado. Mira hacia la elegancia.Aunque clásica, esta onda decorativa puede aplicarse a casas modernas. El híbrido entre lo antiguo y lo contemporáneo, interpretado desde la onda romántica, podría incluir muebles antiguos en terciopelo, cortinas vaporosas en organza, cojines en algodón y alfombras de lana.
Neo Romántico: Un recurso con impacto: revestir las paredes del salón como si fueran fachadas, con piedra o madera. Es el marco perfecto para piezas de materiales ligeros y resistentes, como el mimbre y el hierro forjado, habituales en el jardín. Y una premisa importante: jugar con los estilos. Shabby Chic
El estilo que rescata el encanto de lo usado funciona muy bien en ambientes que evocan el exterior. Muebles, complementos y paredes que acusan el paso del tiempo y crean interiores con carácter. La forja, las plantas talladas, los remates arquitectónicos, el césped falso, un tronco retorcido..., brillan en casa con toda su plenitud.
Clasico renovado: Los contrastes están permitidos: el barroquismo del clásico en un espacio sobrio y moderno. Aquí el papel pintado y el suelo de terrazo, que imitan caña y piedra respectivamente, nos remiten a un parque. Los colores vivos de los años 70 y volúmenes redondeados, vienen muy bien en un interior con vocación de exterior. El plástico rojo, el mimbre natural y la alfombra de césped artificial sugieren un día de sol en el jardín.
Estilo Rústico: Materiales nobles y naturales poco tratados, como la madera, el mimbre o la esterilla, aplicados tanto en objetos y utensilios como en paredes y pisos.
Clásico: Se basa en la conservadora casa burguesa del siglo pasado. Los colores que utiliza son los granates, verdes, rojos oscuros y marrones; motivos de pájaros, flores, frutas y rayas más que cuadrados.
Estilo Loft: La adaptación de locales industriales para vivienda, aprovechando así su estructura básica, formó un nuevo estilo. Es frío, de superficies limpias y duras, colores sólidos, sin calidez aparente. Se utilizan el metal, el plástico y la goma. Formas geométricas puras y ángulos muy marcados. Es un estilo tranquilo y neutro. El espacio vacío constituye el elemento más importante.
Minimalismo: Estilo que toma como premisa reducir al máximo los elementos, los volúmenes y las formas, prescindir del color y busca la belleza en la mínima expresión.Predominan los colores rosa chicle, azul cielo, verde manzana y rojo. Las texturas utilizadas son : el alambre, las pieles sintéticas, el cristal, el plástico y el papel. Muebles de raras formas, lámparas de lava, accesorios disparatados y toda clase de objetos que tengan que ver con el arte y con este tipo de cultura. Utiliza también cortinas de caireles y almohadones de pelo. En definitiva, cualquier tipo de estampado u objeto que sea llamativo y original.
Estilo Oriental: Basado en una interpretación exótica y personal de esta cultura milenaria, con la simplicidad que aportan su sabiduría y filosofía. Colores, objetos, murales y adornos que remiten en todo momento (o copian) su estética y costumbres. Contraste de texturas (piedra, madera, papel), objetos místicos (fuentes, velas, inciensos) y la presencia de la naturaleza (piedras, agua, flores) en un total equilibrio, propuestos a partir del concepto del yin y yang como balance de energías.
Estilo Zen: Hermano del estilo oriental, el zen es aún más despojado y simple, buscando la armonía y el equilibrio, además de un sutil toque masculino. Utiliza colores claros y tonalidades neutras, desde el blanco pasando por toda la gama de colores ocres y beiges, fuentes de feng shui, objetos de bambú, telas rústicas, cascadas, etc.
Shabby Chic: Objetos y muebles antiguos pero actualizados, quizá algo desgastados o con pátinas, pero que no luzcan como viejos. Shabby significa desaliñado, deteriorado, pero en este caso que luce a nuevo, agiornado, y de allí el término chic. Lámparas y arañas antiguas patinadas, con caireles y un toque romántico. Muebles antiguos pintados o patinados, combinados con telas actuales y muebles modernos. Tapizados, almohadones y cortinas con flores.